¡Cuando comes de más! / Razones / Consejos / 3 Reglas de oro para adelgazar.


En algún momento del día arrasas a la heladera. Aprende a controlar ese impulso y la ansiedad.
Es muy común que en cada oportunidad que nos sentimos tristes, o nos peleamos con nuestra pareja , o cualquier situación de estrés nos lleva a comer vorazmente y justamente eso es lo que intentaremos enfrentar con poder de autocontrol,  y en algunos casos venciendo la ansiedad.
Pero aunque no lo crean hay una explicación que hace referencia a la razón de comer vorazmente en varias oportunidades, y es que según los especialistas cuando lo haces segregas mas seretonina y dopamina , dos neurotransmisores que generan satisfacción, aunque por muy poco tiempo.  Està claro decir que la tendencia a comer sin control es mucho màs frecuente de lo que imaginamos, y esto se debe a que se trata de un rasgo adaptativo de la especie: el ser humano ingiere todo lo que puede para sobrevivir cuando no haya alimentos. Y eso que era un recurso vàlido en la prehistoria, en la actualidad es un problema con cual debemos ocuparnos.
Debemos aclarar que hay muchas razones por las cuales accionamos de esta manera, desde las màs simples hasta las màs complejas. Una de ellas es el tan conocido: “No sè decir que no”. Esto es muy común cuando hablamos en cuanto a la comida en cualquier momento y es importante aclarar que la manera de combatir esta actitud es no tener a nuestro alcance comida en nuestro hogar, ya que de esa manera vamos a evitar comer en momentos que lo haríamos.
Estoy segura que te sientes identificada con estas frases: siempre que me convidan, acepto; no paro hasta que termino el paquete o hasta que vacìo la fuente; y por por último, soy adicta a la harina/ el azúcar/las grasas.
Uno de los problemas tan graves ante esta conducta es la impulsividad, ya que comen sin darse cuenta en cualquier momento del dìa y en cada situación. No importa el lugar ni en què momento. Siempre habrá un motivo para estar como quien dice “picoteando”.
Otro problema es: el comer por placer. Estas personas tienen un grado de estrés muy grande y la única manera de canalizarlo es a través de la comida, es decir que comen para calmarse. Suelen tener satisfacción al comer, y nunca logran disminuir dicho estrés, sino todo lo contrario ya que están generando màs ganas de comer aún parados frente a la heladera, descontroladamente.
Nuestras emociones a flor de piel, nos incitan a comer; los malos hábitos también, como abrir la heladera cada vez que vamos a la cocina; mientras miramos televisión solemos comer alguna que otra cosa por allí, y cuando cocinamos sentimos la necesidad de estar probando y comiendo lo que sobra de cada alimento.
Sentimos muchas veces que no tenemos lìmites, y una de las frases que màs solemos escuchar son: 

“Aunque la comida no me guste demasiado, igual me sirvo una porción abundante; “Como lo que otros dejan en su plato”; “Siempre me sirvo dos veces”.

¿Còmo podemos controlar eso?

Un buen recurso para reducir la ingesta es usar platos mas pequeños, y la porción saludable para mantenernos en peso es que la medida de carne tiene que ser de la medida de la palma de la mano; los hidratos de carbono, como el frente de tu puño cerrado, y la cantidad de aceite igual a la yema de tu dedo pulgar. Aseguran que hay que servirse la porción adecuada y no repetir, y una buena alternativa que aconsejan es comer con la mano no dominante, ya que de esa manera vas a ingerir un 20% menos.  Tambièn debes masticar muy despacio: la sensación de saciedad tarda 20 minutos en llegar al cerebro.
Como dijimos anteriormente, muchas veces vemos la comida como respuesta a todo: cuando estamos nerviosos, en los momentos tristes o de soledad, entre otras situaciones. Y en muchas de estas situaciones comemos en vez de llorar, y lo hacemos porque no podemos expresar lo que sentimos y de esta manera aliviar la tristeza.
Es muy importante diferenciar el hambre “real” (cuando pasaron màs de cuatro horas de la última ingesta) del “emocional”: el que surge 15 minutos después de comer.
Como sabemos que una de las grandes causas que nos llevan a comer vorazmente es la ansiedad. Esto nos lleva a consumir gran cantidad de comida chatarra, dulces, etc. Y la mejor manera de canalizarla es manteniéndonos ocupados, es decir, cada vez que sintamos esa sensación podemos optar por salir a caminar, respirar de manera consciente, meditar, pintar mandalas o practicar yoga pueden ser algunas opciones.
Otro de los factores que solemos ver con frecuencia es el llamado: “No me di cuenta”. Esto hace alusión a comer en momentos de manera automática sin prestar atención a la cantidad de ingesta. Podemos sentirnos identificados con situaciones como darse cuenta de que comimos una bolsa de snacks al ver el envase vacìo, al comer mientras miramos televisión, y cuando vaciamos el plato màs rápido que la mayoría de las personas. Una buena solución o alternativa es que al momento de comer, te alejes de la tele, el celular o la tablet (posibles distracciones), concentrarte en masticar lentamente y en saborear . Entre bocado y bocado, deja los cubiertos sobre el plato, ya que de esta manera vas a ser mas consciente de lo que ingieres.

Si quieres perder algunos kilos, debes tener en cuenta tres reglas de oro:
1.       Olvidate del picoteo: si al final del dìa sumaras todas las calorías que ingeriste entre comidas, seguramente te sorprenderàs al comprobar que igualan o superan a las de las comidas principales.
2.       No saltees comidas: los grandes ayunos son un boomeran, ya que es lo que màs genera que ataques la heladera.
3.       La cantidad hace la diferencia: si comes tres postres light, un paquete de galletas de salvado en una mañana o un kilo de duraznos en un dìa, los kilos van a ir aumentando.

Fuente: Zulema Stolarza. Mèdica nutricionista y presidente de la sociedad Argentina de nutrición.



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Los espero!! 

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